domingo, 31 de enero de 2010

HISTORIAS DE EMILY


Este año, la revista Blogger ha elegido a Emily para hacerle una entrevista. Celebra sus tres años en la comunidad de Blogville. Nos recibe en su ático con una vista espectacular, ofreciéndonos un desayuno en la terraza. Antes de cruzar la puerta, nos advierte que su perro, un precioso teckel bicolor, no es de fiar. Nos aconseja que le ignoremos, como así hacemos.

-Antes de todo, Emily, felicidades por estos tres años. He repasado el mes de enero de 2009 y me llama la atención un post, Una mujer incómoda
-Bueno, preferiría no hablar sobre él. –Contesta contrariada -. Si pudiera, borraría aquellos dos primeros meses del año pasado. Pero eso ya es historia y de todo se aprende, como diría mi amiga la bruja…

Pero insisto. Hay un post muy enigmático, La Reina de las Nieves

-Sí, contaba un sueño que tuve. Recuerdo que no conseguía quitarme el frío de encima. Viví con la Reina de las Nieves una temporada…
-Me llama la atención un post, Hay que vivir. ¿Acaso perdiste interés por la vida?
-Fue un post muy comentado. Como he dicho, arrastraba un frío enorme y estaba como ensimismada. Me levantaba de la cama y vivía por inercia, sin ilusión. Hasta que un buen amigo me mandó un listado de las cosas que tenía y por las que se supone tenía que vivir. Se lo agradecí. De alguna manera, me abrió los ojos.
-En febrero publicaste Love for Sale, el relato de una mujer que decide vivir una experiencia, la de ser prostituta por un día. Cuéntanos.
-Sí, lo recuerdo con cariño. La idea surgió durante un desplazamiento hasta el hospital donde trataban a mi padre de su cáncer. Había mujeres en la autovía que vendían su cuerpo un día que nevaba. Me pregunté si algún coche pararía si me pusiera un día en la carretera como hacían ellas. De una conversación con un amigo, surgió la segunda parte y luego la tercera. Gustó a mis lectores y me pidieron que continuara. –Emily sonríe. Enciende un cigarrillo, parece nerviosa.
-Pasemos a marzo. Volvemos a un post muy misterioso…
-¿Te refieres a Aguas de marzo?. Lo publiqué el día de mi cumpleaños. En él, el Creador me cita en un bar para hacer balance de mi vida. Me reprocha mi actitud frente a ella y me ofrece cinco años más de vida si le demuestro que no se equivocó al elegirme.
-¿Y se equivocó?
-Bueno, estoy en ello. Espero no defraudarle.
-Celebraste la primavera antes de tiempo…

Ríe antes de contestar.

-Te quiero, es primavera de nuevo, te quiero. Una tarde que ya avanzaba la primavera, por el sol y la temperatura, sonó una canción de Cole Porter: I love you. Sentí ganas de bailar y bailé.
-Como en esas películas en blanco y negro que tanto te gustan, como dijo Violette…
-Sí, el cine es muy importante en mi vida. Hablé sobre el amor; sin él la vida no tiene sentido. Aquel 16 de marzo, di carpetazo a una historia que me hizo sufrir. –Sus ojos chispean unos segundos, pero luego sonríe.
-En abril decidiste callar. ¿Porqué?
-Me había quedado sin palabras y callé. Mi sombra me abandonó, se aburría a mi lado. Por suerte, decidió volver junto a mí. Hubo muchos comentarios de protesta y de apoyo. Aquello me animó, mis lectores me echaban de menos…
-En junio se percibe un cambio. Háblanos de Sexual Healing.
-Ja, ja. Recuerdo que conducía (volvía de una visita del hospital, esta vez me tocaba a mí) y en la radio sonaba Sexual Healing. Pensé que lo que realmente necesitaba para recuperarme era una completa cura sexual. Mi delgadez y mi apatía desaparecería si ingresaba en una residencia ficticia llamada El final feliz. Si existiera dicha residencia, no le faltarían clientes…
-En julio un post titulado El fantasma se despide. ¿Acaso vives con un fantasma?

Vuelve a reír antes de contestar. Parece más relajada y enciende otro cigarrillo.
-Ahora ya no. Me vine a este ático con mi perro. Dicen que en él vivía un fantasma que hacía la vida imposible a los que allí habitaban. Pensé que si el fantasma se enamoraba de mí, me dejaría en paz. Lo conseguí y me dijo adiós en una carta muy emotiva. Pero me prometió venir a buscarme el día que me muera. Así lo espero…

Me atrevo a preguntarle si ahora es feliz, al menos lo parece.
-Sí, completamente feliz. –Contesta, mientras sienta a Bruc en su regazo.
-En agosto sorprendes a tus lectores con un cuento erótico, El vestido negro.
-La culpa es del Veí de Dalt. Buscaba colaboraciones para su blog en forma de cuento subido de tono. Me animé y lo escribí. Ahora me acuerdo de una tarde en la playa, y las risas de mi hija mientras me ayudaba a corregirlo. Ese mismo mes lo emitieron en un programa de radio, Calents i contents. Aquello me animó a seguir escribiendo. Me llamaron Emily, la blocaire calenta, jaja.
-Háblanos de Blogville crepuscular
-La historia de este post vino de un comentario mío en el blog Turó Parc. La idea era que los habitantes de Blogville que estuvieran solos en su vejez, vivieran juntos en una residencia modélica. Les gustó y me temo que al final, acabaré siendo residente en ella si no le pongo remedio.
-En octubre tres post. Uno sobre tu impulsividad, un fragmento de El cielo y tú muy misterioso, y la cuarta y última entrega de Love for sale.
-Sí. Mis ocasionales impulsos me han creado más de un disgusto. En El cielo y tú, la película de Bette Davis y Charles Boyer, hablo sobre aquellos instantes de felicidad que desearíamos no acabaran nunca, que fueran eternos y que nos ayudan, pasado un tiempo, al recordarlos.
-En noviembre surge una idea, la de Dash y Lilly. Y un post de homenaje a Wendy, la perra de su hermano.
-En noviembre, como tú bien dices, murió Wendy. La recordé con un post, divertido y a la vez, sentimental. Y escribí el primer capítulo de lo que acabaría siendo un blog paralelo al de Emily. En Pentimento, introduje a Lillian Hellman en Blogville. Animada por el Paseante, creé Dash y Lilly. Pedí a mis lectores que se buscaran un personaje y aquí estoy: escribiendo un capítulo cada quince días con la ayuda del Paseante.
-Tus lectores están entusiasmados…
-Sí, sin ellos no soy nada.
-Llegamos a diciembre. Se te ve feliz y animada.
-Ya he dicho anteriormente que soy feliz y la idea de Dash y Lilly me anima a seguir escribiendo. El listón está muy alto, pero continuaré. Nunca dejo algo que he empezado, a medias.

Emily bebe té y lía otro cigarrillo.

-Por último, qué deseas para este año que justo acaba de empezar.
-Poco. O mucho. Seguir como hasta ahora y que la inspiración no me falte.
-¿Te arrepientes de haber creado un blog?
-No, eso nunca. Hay quien desprecia ese mundo. Lo de los blogs y todo lo demás. Pero yo ya no contemplo mi vida sin ellos dos.
-¿Deseas añadir algo más antes de concluir esta entrevista?
-Nada. Agradecer a los lectores que siguen conmigo, saludar a los nuevos y esperar tener cosas interesantes que contar…

Emily se levanta para despedirnos. Le agradecemos el tiempo que nos ha dedicado y el desayuno que nos ha ofrecido. Nos acompaña hasta la puerta con su perro en brazos. Al final no ha sido tan fiero con nosotros como nos había advertido, aunque el fotógrafo que me acompaña ha temido en alguna ocasión por el estado de su calzado.

-Suerte con Dash y Lilly.
-Gracias.

jueves, 28 de enero de 2010

PARA SALINGER, CON AMOR Y SORDIDEZ

Who wants flowers when you're dead? Nobody.

sábado, 23 de enero de 2010

NUESTRA NIÑA DE ORO YA ESTÁ AQUÍ


Estos días una mujer anda ocupada preparando maletas, papeles y buscando un regalo para él. A principios de febrero volará a un país de nombre impronunciable para conocer a su hijo. Un día, una pareja se amó. La consecuencia de aquel encuentro acabó en un orfanato. Sus amigas la esperaremos impacientes mientras cosemos una colcha de patchwork para el niño, que aún está por decidir.

Estos días, después del terremoto de Haití, miles de niños han quedado sin padres. Con suerte, se reunirán a los miles de niños que ya esperaban unos padres nuevos para que les cuidaran. Si yo fuera el Creador, buscaría una mujer para cada niño, y cada uno de ellos tendría su propia colcha.

Estos días, concretamente el lunes, una niña llegó a este mundo para alegrarnos un poco la vida. Como decían en un cuento, nuestra niña de oro ya está aquí. Le costó nacer. Esperaba que su tía Emily acabara la colcha de retales que le ha cosido. Ahora, papá y mamá oso, junto a su osito y a Ricitos de oro la arroparán por las noches. Cuando crezca un poco le contaré el cuento. De momento ya le he cantado las mismas canciones que aprendí para sus dos primos. Hay una de especial. La cantaba la iaia Carmen. A mi bisabuela no le gustaban los niños. Tuvo tres hijos, nueve nietos y once biznietos. Y de todos esos niños, me contaron que solamente a mí me cogía en brazos. Parece ser que me dormía acariciando el lóbulo de su oreja mientras me cantaba en catalán:

“Jose és molt fea si la mireu a les fosques,
pareix una maçaneta, tota pleneta de mosques.
Però Jose és molt guapa si la mireu a la llum.
Pareix una maçaneta, collida del mes de juny…”

Los adultos somos engreídos creyendo que salvamos a los niños. Ignoramos que son ellos quienes nos salvan a nosotros. Hace trece años, Javito nos alegró la vida. Después llegó Paula, nuestra ricitos de carbón. Luego nació Luigi. De él sí que puedo decir que me salvó la vida. Me obligó a permanecer en la tierra cuando yo ya tenía otros planes. Ahora se les ha unido Cinta, la niña de oro. Y vendrá otro niño, un garufa como su padre. Lo sé.

El doce de marzo, el Creador me volverá a pedir una cita. Le preguntaré porqué nunca me ha mandado a esa niña morena que espera en el limbo. Pero como le conozco, me contestará: paciencia, Emily. Para ti tengo otros planes…
 
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