martes, 26 de julio de 2011

JOSEP Y ADI







Mi jornada laboral empieza a las siete de la mañana cuando le doy un biberón de leche a la niña rubia. Luego, mientras le preparo el baño, aprovecho para preparar la comida del mediodía. Suelo hacer dos o tres cosas a la vez, como si me faltara tiempo cuando en realidad me sobra. Ya tengo a la pequeña vestida y consulto el reloj: las ocho y media. Me miro en el espejo del lavabo y creo que voy a lavarme el pelo. Así gano tiempo, cuando en realidad me sobra. La niña se sienta en el escalón del cuarto de baño con las manos sobre la falda, como un angelito. Le gusta mirarme cuando me arreglo mientras juega con las pinzas de peluquera profesional. Caliento la plancha de alisar el cabello, para acabar pareciéndome a una china, en opinión de mi padre. Él siempre opina aunque no se lo haya pedido nadie...

Bueno, a otra cosa mariposa. Hoy dejaremos nuestra rutina de compra diaria de leche fresca y verduras y nos acercaremos a correos. Mandaremos la postal que le hemos escrito a un amigo que vive lejos. Se la debemos, fue su cumpleaños. Llegará con retraso, pero llegará. Nunca falto a mi cita desde hace tres años. Tendré ochenta y dos años y seguiré dibujando postales para él, aunque yo quizá viva en Australia y él en California.

Como vamos bien de tiempo, arrastro el cochecito de paseo con parsimonia. La niña rubia es simpática y reparte hola, hola, entre la gente que encuentra por la calle: turistas cargados con maletas, repartidores, paseantes con sus perros...Nos cruzamos con dos señoras de mediana edad. Nos sonríen:

-¡Qué simpática!
-Sí que lo es...
-¿Tendrías un momentito?
-Mmmm...
-Verás. Estamos dando a conocer la palabra de Dios y nuestra misión es advertir al mundo sobre la inminente llegada del fin del mundo.

Reflexiono unos segundos. Doncs a fer-ho que el món s'acaba...Pero mi respuesta grosera se atasca en la garganta. La mujer prosigue:

-Toma -busca un folleto en una carpeta de color marrón- léelo con atención. Te ayudará para preparar tu alma cuando llegue el fin de nuestros días.

-Mejor se lo dan a otra persona. Ahora estoy muy ocupada en el cuidado de la niña y apenas tengo tiempo para nada...

Las mujeres se despiden de mí con desánimo, mientras buscan con la mirada alguna otra alma incauta a la que atemorizar con sus predicciones.

Joder...¿Ahora va a acabarse el mundo? ¿Justamente ahora? Si la niña aún tiene que crecer. Si aún no me han librado de los brackets. Si he de sostener entre mis manos el cuento publicado. Si he de cambiar de vida...Ahora no puede acabarse el mundo...

Conforme me alejo de las dos visionarias me pregunto qué haría si me quedaran dos horas de vida, antes de que se acabe el mundo. Y pienso que volvería a casa.

Sí, vuelvo a casa con la niña dormida. En ella me espera mi marido. ¿Pero qué hace él en casa a la hora en que se supone debería estar trabajando? Le busco un empleo. Quizá trabaja en una fábrica y ha hecho el turno nocturno. No, no me gusta. Quizá es panadero y descansa por la mañana, cuando el resto del mundo está despierto. No. Si es panadero me pondría al frente de su negocio despachando pan y pasteles. Y yo lo que quiero es pasear a la niña rubia. Mejor es un escritor noctámbulo, con los biorritmos cambiados. Duerme hasta tarde y trabaja por la noche, aprovechando que en casa reina la calma. Por un momento he imaginado a Josep Pla como mi marido, acostado en su cama con la boina puesta y me he reído. Si él es Josep Pla, yo soy Adi Enberg. Sí, Josep y Adi, adjudicado. Eso seré dos horas antes de que se acabe el mundo. Y Adi volverá al hogar con pan recién hecho y tomates. Le preparará el desayuno al escritor. Se descalzará antes de entrar en el dormitorio para no despertarlo con el ruido de sus pasos sobre la tarima de madera. No quiere que se levante malhumorado. Se acuesta junto a él y le pide que la abrace.

Soy Adi y aún me quedan dos horas antes de que se acabe el mundo. Antes de que se acabe todo. Nanit, Adi. Nanit, Josep.

lunes, 25 de julio de 2011

HOWL

"Finalmente alguien me amaba como yo le amaba. Y por primera vez en mi vida, me sentí aceptado. Completamente."


 
Free counter and web stats